El término kosher, define al conjunto de los alimentos aptos, que excluyen animales considerados “impuros”, como el cerdo, moluscos y crustáceos, la mayor parte de los insectos, excepto algunas langostas, mezclas de carne y leche…
Los animales aceptados deben, además, ser sacrificados siguiendo unas pautas definidas, y los productos agrícolas también deben cumplir unos preceptos particulares.
Los mamíferos que se pueden consumir deben presentar, en líneas generales, dos características fundamentales: deben tener la pezuña partida y ser rumiantes, mientras que las aves requieren haber sido kosher tradicionalmente, y el pescado debe tener escamas y aletas.
También se prohíben ciertas mezclas como la de carne y leche, plantas que hayan crecido juntas, como por ejemplo cualquier grano o vegetal plantado junto a una viña, leche que se haya podido mezclar con la de animales no kosher, así como sus derivados.
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